confirmo les sospites sobre molts dels homes que corren actualment pel món, text original i realista sobre l'actual situació de més d' una fèmina en dificultats per aconseguir que l' escollit s' engresqui una mica.tret de www.arealimite.com, plana totalment recomenable.
Cuando ellos también dicen "No"
Yo hoy vengo a hablar de un asunto de seguridad nacional. Seguridad nacional femenina, quiero decir. Y se trata de las nuevas libertades que el sexo masculino se está tomando de pronto, con esto del hombre metrosexual, que empezó por vestirse de lo más mono, entendernos fenomenal, venirse de compras con nosotras... todo ello, dicho sea de paso nos parecía maravilloso: “Ay cariño, tengo la regla”, “¿te bajo a por Saldevas, corazón?”, era su respuesta o “¿te doy una masajito en los riñones?”, casi nos echábamos a llorar, con la revolución hormonal de la regla y tanta comprensión, nos sentíamos en los mundos de Evax, con las flores, niños sentados en globos que sonríen y hombres que te tratan ASI
Pues bien, como el doctor Jekill y Mr Hide, este hombre liberado del yugo de su pene tenía un lado oscuro que algún día iba a mostrarse y que yo ya he descubierto: Ellos ahora también dicen NO
Antes, hace muchos años, el macho se abalanzaba torpemente sobre la hembra en las noches de invierno cuando más frío hacía.... y ahora que lo pienso, también en las de Otoño para celebrar que las hojas caían , en las de primavera, por aquello de la fiesta de la cosecha – ¡ah!, ¿que no es en primavera la cosecha?, pues daba igual, algo celebraban... - en fin, cualquier motivo era bueno. Entonces, si no teníamos muchas ganas o – todo hay que decirlo – habíais hecho algo que no nos hacía ninguna gracia ese día o el día anterior o, aunque ya se os hubiera olvidado, la semana pasada, nosotras acudíamos a nuestro repertorio de excusas: “cariño, es que me duele la cabeza” o “me ha venido la regla, corazón” Entonces, contestaba cándidamente el agresor, calendario en mano “Mi amor, ¿pero no terminaste la semana pasada?”, “sí pero la tengo muy irregular, además ya podías alegrarte un poco, que no estoy embarazada y no me hables así, que estoy muy sensibleeeee” mar de lágrimas, mejor que el bromuro, oye
En fin, esas eran nuestras armas, pero nooo, ahora no, de pronto un día, igual que nosotras cogimos un volante y dejamos la fregona y fuimos libres, ellos han cogido el no... y de un modo: no porque he tenido un mal día, no porque mi jefe me ha hablado mal, no, es que estoy cansado... y la peor, peor: NO, PORQUE ME DUELE LA CABEZA. Pero, por el amor de Dios, ¿quién se traga eso?
Una semana llevo ya sin, sin, siiiiin
El caso es que el lunes llegó tarde de trabajar y yo que me acurruco en la camita así, amorosamente, nos damos unos besitos, y me dice, “Cariño, estoy muy cansado, ¿me abrazas un poquito y nos dormimos?” ¿Queeeeeeé? No, hombre no, a ver si distinguimos, yo quería sexo, ¿que es eso de pedir AMOR?, que ya estamos confundiendo las cosas.
En fin, el martes, me digo “hoy cae” y llego del trabajo con una minifaldita de esas que le gustan a él, yo monísima, monto el numerito, de ay, que se me ha caído el bolígrafo en el comedor y me suelta “Ay, que braguitas más monas corazón, espero que no hagas eso en el trabajo. Hablando de trabajo, he tenido un día más malo, ven al sillón, que te cuente” Otra, ¿COMPRENSIÓN?, pero si yo lo que quiero es sexo, ¿a qué viene esto de ven-que-te-cuente?.
Miércoles, casi me subo por las paredes, tengo dos accidentes, me peleo con una compañera en la oficina y, al llegar a casa está dormido como un cesto o ¿simulaba dormir? – excusa 477b, ¿qué traidora les ha dado el manual de la mujer que solo ese hereda de madres a hijas?.. como la pille
El jueves, me tenía la cenita lista con velitas, yo tan contenta, que corro arriba a darme una ducha, me cambio la ropa interior, bajo toda vaporosa, camisón de Women Secret en ristre. Y me dice: “cariño, ya se que estos días he estado un poco frío pero tengo una semana muy mala en el trabajo y me encuentro un poco deprimido por eso quería compensarte y he alquilado Casablanca parta que la veamos luego juntitos” ¡Toma ya!
El viernes no funcionó lo de intentar emborracharle porque se puso a llorar, (en efecto, sí que era mejor que el bromuro, oye, me quedé como un témpano) y el sábado me invitó a cenar a toda su familia a casa “es que como estoy así de tonto, te animas un poco”... Y el domingo... el domingo por la noche: yo liguero, labios rojos, sujetador Wonderguay, taconazos, me acerco al sillón moviendo las caderas, pulso el play del video con “La aventuras de la baronesa de Chupausen” y justo cuando le susurro al oído con mi voz más grave y peliculera, “corazón, ¿te secuestro?”, me dice... sniff, ay, es que no puedo ni repetirlo, me mira, el caso es que ME MIRA (¿¿y no siente NADA??), sonríe amablemente, con esa sonrisa que ponemos nosotras y que también nos HAN COPIADO y me dice, ay, lo que me dice: “mi amor, lo siento, estás guapísima pero es que me duele mucho la cabeza”. Casi lo mato de un taconazo en la frente como la “mujer blanca soltera busca”, que ese si que se quedó con dolor de cabeza....
En fin, chicas, el mito del macho siempre dispuesto ha caído, el hombre metrosexual se ha encargado de matarlo, pero bien: ahora el hombre se ha sensibilizado, le afectan sus cosas, su pene ya no es un ente independiente... y dice que ¡No! pero (mirando el reloj) me voy a casa corriendo, señores, que tengo que recoger el uniforme de enfermera, porque... ¡¡¡de hoy no pasa!!!!
(Intentaremos presentarlo al Club de la Comedia ¿no?)
Cuando ellos también dicen "No"
Yo hoy vengo a hablar de un asunto de seguridad nacional. Seguridad nacional femenina, quiero decir. Y se trata de las nuevas libertades que el sexo masculino se está tomando de pronto, con esto del hombre metrosexual, que empezó por vestirse de lo más mono, entendernos fenomenal, venirse de compras con nosotras... todo ello, dicho sea de paso nos parecía maravilloso: “Ay cariño, tengo la regla”, “¿te bajo a por Saldevas, corazón?”, era su respuesta o “¿te doy una masajito en los riñones?”, casi nos echábamos a llorar, con la revolución hormonal de la regla y tanta comprensión, nos sentíamos en los mundos de Evax, con las flores, niños sentados en globos que sonríen y hombres que te tratan ASI
Pues bien, como el doctor Jekill y Mr Hide, este hombre liberado del yugo de su pene tenía un lado oscuro que algún día iba a mostrarse y que yo ya he descubierto: Ellos ahora también dicen NO
Antes, hace muchos años, el macho se abalanzaba torpemente sobre la hembra en las noches de invierno cuando más frío hacía.... y ahora que lo pienso, también en las de Otoño para celebrar que las hojas caían , en las de primavera, por aquello de la fiesta de la cosecha – ¡ah!, ¿que no es en primavera la cosecha?, pues daba igual, algo celebraban... - en fin, cualquier motivo era bueno. Entonces, si no teníamos muchas ganas o – todo hay que decirlo – habíais hecho algo que no nos hacía ninguna gracia ese día o el día anterior o, aunque ya se os hubiera olvidado, la semana pasada, nosotras acudíamos a nuestro repertorio de excusas: “cariño, es que me duele la cabeza” o “me ha venido la regla, corazón” Entonces, contestaba cándidamente el agresor, calendario en mano “Mi amor, ¿pero no terminaste la semana pasada?”, “sí pero la tengo muy irregular, además ya podías alegrarte un poco, que no estoy embarazada y no me hables así, que estoy muy sensibleeeee” mar de lágrimas, mejor que el bromuro, oye
En fin, esas eran nuestras armas, pero nooo, ahora no, de pronto un día, igual que nosotras cogimos un volante y dejamos la fregona y fuimos libres, ellos han cogido el no... y de un modo: no porque he tenido un mal día, no porque mi jefe me ha hablado mal, no, es que estoy cansado... y la peor, peor: NO, PORQUE ME DUELE LA CABEZA. Pero, por el amor de Dios, ¿quién se traga eso?
Una semana llevo ya sin, sin, siiiiin
El caso es que el lunes llegó tarde de trabajar y yo que me acurruco en la camita así, amorosamente, nos damos unos besitos, y me dice, “Cariño, estoy muy cansado, ¿me abrazas un poquito y nos dormimos?” ¿Queeeeeeé? No, hombre no, a ver si distinguimos, yo quería sexo, ¿que es eso de pedir AMOR?, que ya estamos confundiendo las cosas.
En fin, el martes, me digo “hoy cae” y llego del trabajo con una minifaldita de esas que le gustan a él, yo monísima, monto el numerito, de ay, que se me ha caído el bolígrafo en el comedor y me suelta “Ay, que braguitas más monas corazón, espero que no hagas eso en el trabajo. Hablando de trabajo, he tenido un día más malo, ven al sillón, que te cuente” Otra, ¿COMPRENSIÓN?, pero si yo lo que quiero es sexo, ¿a qué viene esto de ven-que-te-cuente?.
Miércoles, casi me subo por las paredes, tengo dos accidentes, me peleo con una compañera en la oficina y, al llegar a casa está dormido como un cesto o ¿simulaba dormir? – excusa 477b, ¿qué traidora les ha dado el manual de la mujer que solo ese hereda de madres a hijas?.. como la pille
El jueves, me tenía la cenita lista con velitas, yo tan contenta, que corro arriba a darme una ducha, me cambio la ropa interior, bajo toda vaporosa, camisón de Women Secret en ristre. Y me dice: “cariño, ya se que estos días he estado un poco frío pero tengo una semana muy mala en el trabajo y me encuentro un poco deprimido por eso quería compensarte y he alquilado Casablanca parta que la veamos luego juntitos” ¡Toma ya!
El viernes no funcionó lo de intentar emborracharle porque se puso a llorar, (en efecto, sí que era mejor que el bromuro, oye, me quedé como un témpano) y el sábado me invitó a cenar a toda su familia a casa “es que como estoy así de tonto, te animas un poco”... Y el domingo... el domingo por la noche: yo liguero, labios rojos, sujetador Wonderguay, taconazos, me acerco al sillón moviendo las caderas, pulso el play del video con “La aventuras de la baronesa de Chupausen” y justo cuando le susurro al oído con mi voz más grave y peliculera, “corazón, ¿te secuestro?”, me dice... sniff, ay, es que no puedo ni repetirlo, me mira, el caso es que ME MIRA (¿¿y no siente NADA??), sonríe amablemente, con esa sonrisa que ponemos nosotras y que también nos HAN COPIADO y me dice, ay, lo que me dice: “mi amor, lo siento, estás guapísima pero es que me duele mucho la cabeza”. Casi lo mato de un taconazo en la frente como la “mujer blanca soltera busca”, que ese si que se quedó con dolor de cabeza....
En fin, chicas, el mito del macho siempre dispuesto ha caído, el hombre metrosexual se ha encargado de matarlo, pero bien: ahora el hombre se ha sensibilizado, le afectan sus cosas, su pene ya no es un ente independiente... y dice que ¡No! pero (mirando el reloj) me voy a casa corriendo, señores, que tengo que recoger el uniforme de enfermera, porque... ¡¡¡de hoy no pasa!!!!
(Intentaremos presentarlo al Club de la Comedia ¿no?)
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